-La descontaminación de la laguna y sus alrededores permitió el nacimiento de ocho crías.
-Al lugar llegan 38 especies de aves durante el año.
-La planta va por su cuarta fase de modernización.
Una inmensa emoción llegó a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de La Ceja por cuenta de una pareja de patos que escogió el sitio para anidar. El resultado: ocho polluelos que hoy se dan chapuzones en la laguna facultativa de la Ptar.
Se trata de una familia de patos pisingos, los cuales suelen anidar en cavidades. Se pueden encontrar desde Argentina hasta Estados Unidos, y en esta ocasión fue la planta residual de La Ceja la escogida, dejando atrás el estigma de que “en la Ptar hay solo gallinazos”.
De hecho, así como esta pisingos, cerca de 38 especies de aves están llegando anualmente a la planta. Algunas son migratorias, otras llegan solo a anidar y otras, como las caravanas, ya son residentes.
Desde el año pasado, cuando se entregó la tercera fase de optimización, en la Ptar hay equipos electromecánicos traídos desde Alemania para evitar que el material orgánico llegue a las lagunas de la planta, así se devuelven las aguas más limpias a la quebrada La Pereira.
Además, los olores ofensivos se han mitigado hasta en un 80%. En los próximos días comenzará la cuarta fase de modernización, con una inversión de $5.000 millones.
Luisa Torres, directora de Laboratorio y Plantas de Empresas Públicas de La Ceja, celebró el resurgimiento de la biodiversidad en este lugar.
“Con los equipos electromecánicos y la modernización de la planta estamos evitando la llegada de materiales a la laguna, también hemos reforestado más de 1.000 árboles en el lugar. La empresa lo está cuidando para que sea un sitio de vida y protección ambiental”, dijo.